Una de las principales acciones para el control de enfermedades es la limpieza, ya que con ella se nulifica la actividad de las bacterias que habitan en la suciedad. Y uno de los productos que contribuyen a la higiene es el jabón. En la antigüedad, su uso era considerado un lujo y un privilegio para las personas que podían hacer uso de él; en el siglo XIX, un químico explicó que los niveles de riqueza de un país podían medirse con el consumo de jabón en una sociedad.
El Origen
El origen del jabón se deriva de la leyenda que nace en el Monte Sapo. En este lugar se hacían sacrificios de animales para ofrecerlos a los dioses, y de ahí bajaban cenizas, grasas y restos vegetales sobre el río Tiber. La combinación de lluvia con estos elementos formaba una espuma en los ríos, y con ella las personas se limpiaban las manos sucias y lavaban la ropa.
La transformación de estos aceites y grasas en jabón se conoce como saponificación. Es por esto que se piensa que este producto se originó en el Monte Sapo. Sin embargo, antes de la existencia de este producto, en la Antigua Grecia se usaban aceites perfumados para la higiene personal. Y en Egipto hacia el año 1500 a.C. un papiro hace referencia al uso de una sustancia jabonosa para el tratamiento de enfermedades de la piel. Pero son los romanos quienes profesionalizaron la elaboración del jabón y lo convirtieron en un producto tanto para la higiene como para combatir enfermedades. A pesar de esto, con la caída del Imperio Romano en el año 476 d.C se minimiza su uso ya que desaparecieron los baños públicos a causa de la Iglesia.
Es hasta el siglo VII cuando la industria del jabón se expande por países de Europa, tales como España, Francia e Italia, sin embargo, los Monopolios Reales tenían el control del producto y debido a los altos impuestos sólo la clase noble podía tener el producto. Gracias a Leblanc y su invención de la sosa artificial, la industria tuvo un mayor alcance en el mercado porque el producto se abarató y de esta manera su uso se extendió a todas las clases sociales. El impacto del jabón incrementó y con ello las enfermedades disminuyeron debido a la mejora del control higiénico.
Actualidad
Hoy en día, el cuidado personal representa algo indispensable para el ser humano. En México, el 98% de las personas utiliza jabón y se venden alrededor de 600 millones de barras de jabón al año, lo que equivale a un consumo de 1.2 kilogramos de jabón por persona al año. Debido a la demanda del producto, la industria jabonera está valuada en
Otra de las propuestas para retribuir el daño de los jabones al medio ambiente es planteada por TerraCycle en México. Actualmente, la empresa cuenta con programas de reciclaje de bolsas de botanas, galletas, pan y pan dulce, y empaques de productos de cuidado bucal. A la par de esto, también se tiene el Programa de Reciclaje de Jabones Palmolive® en el que se recolectan las envolturas de jabón de cualquier presentación y marca, para después reciclarlas y darles una segunda vida. Desde la apertura del programa se han logrado reciclar alrededor de 419,025 desechos.
El jabón es parte fundamental de la higiene diaria, sin embargo hay que considerar la práctica de acciones sustentables para mejorar el medio ambiente.