Una empresa estadounidense revoluciona el reciclaje facilitando la participación del usuario en la transformación y reutilización de los objetos. Ahora llega a España y busca miembros para sus brigadas.
Cuando alguien convierte un CD en un posavasos o una lata de conservas vacía en un lapicero está haciendo
upcycling, o supra-reciclaje, que es el proceso de transformar un residuo, desfasado, inservible, en un objeto útil, de igual o mayor valor que el original. Éste es el concepto en el que se basa el modelo de negocio de
TerraCycle, una compañía que lleva por lema ‘Aprovecha la basura’ y se dedica a recolectar y reciclar desechos (lo que la mayoría seguimos llamando desechos) y convertirlos en nuevos (y muchas veces originales) productos, que a continuación vende. Actualmente está presente en 15 países. La fundó, en 2001, Tom Szaky, un universitario de Princeton (Estados Unidos) que primero había probado con fertilizantes orgánicos hechos a base de excrementos de gusanos, y al que hoy, a sus 29 años, hay quien compara con Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.
En realidad, la recolección se la hacen equipos formados por consumidores voluntarios y adscritos a distintos programas de recogidas, llamados brigadas, cada una centrada en una determinada categoría de desperdicios. Los recopilan y envían, gratuitamente, a TerraCycle, que se encarga de que tengan esa segunda vida, reconvertidos en bancos de jardín, portalápices, cubos de basura, regaderas, cometas o marcos de fotos hechos con envoltorios de
snacks, chocolates o galletas. ‘Ningún producto se resiste a ser reciclado’, enfatiza la compañía, que destina 0, 02 euros por unidad recibida a la institución, asociación o escuela que cada equipo elija. Actualmente hay más de 24 millones de personas en todo el mundo participando activamente en el proceso, y unos 2, 5 billones de unidades de residuos que no han terminado en un vertedero gracias a esta idea, según apostilla.
TerraCycle comenzó su andadura europea en 2009. En abril de 2011, aterrizó en España con la brigada Instrumentos de Escritura, de la que pueden formar parte centros de enseñanza, empresas y organizaciones publicas. La brigada española es muy joven y se encuentra aún en proceso de recolección. ‘Ya hemos recibido los primeros paquetes y llevamos cerca de 7.000 instrumentos de escritura’, enumera. Bolígrafos, rotuladores, portaminas, correctores, marcadores y subrayadores, de plástico o de metal, y de cualquier marca; lo único que no reciclan son lápices. La multinacional BIC patrocina el proyecto, hace posible que los envíos sean gratis para los participantes y colabora en el incentivo de los puntos canjeables por dinero que se destina a ONG. El programa durará al menos tres años, según está previsto, y tiene como tope 500 equipos de recolección; por ahora hay 129. Para participar, hay que hacerlo a través de la página web de TerraCycle, donde se explican todos pasos, que son sencillos de seguir.
El material se almacena en una nave cerca de Barcelona, a la espera de que comience la fase de reciclado. Esta se hará en España, ‘a través de recicladores externos capaces de aplicar el proceso que proponemos’, añade. ‘BIC tiene derecho de aprobación sobre los productos que se decidan hacer a partir de los desechos, necesitamos siempre su aprobación’, aclara. ¿Habrá más colaboraciones con otras empresas en un futuro? ‘Para crear nuevas brigadas necesitamos la colaboración de las empresas fabricantes. En el último mes nos hemos reunido con algunas de las grandes firmas de cosmética y alimentación en España, por lo que esperamos poder colaborar con ellas durante el próximo año, reciclando nuevos tipos de desechos’, contestan desde TerraCycle.