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ELIMINATING THE IDEA OF WASTE®

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Podemos reciclar todo lo que usamos. Entonces, ¿por qué no hacerlo?

Dentro del amplio rango de conceptos y actividades de sostenibilidad, el reciclaje es sin duda el más comprendido y accesible: personas solas o grupos, grandes y jóvenes, comunidades e instituciones pueden participar.
Cuando compramos una barra de dulce, conservamos el envoltorio después de la corta vida del producto. Hacer algo con esa posesión de marca, en lugar de sumarla a los desechos, se siente bien. El reciclado es inspirador para los consumidores y, en el caso de materiales tradicionalmente reciclables como vidrio, papel, plástico rígido y ciertos metales, es económicamente viable. El reciclado no solo evita que los materiales potencialmente valiosos terminen e basureros e incineradoras, también compensa la demanda de materiales vírgenes, lo que ayuda a mantener el carbono en el suelo. El reciclado nivela el consumo humano con las actividades de la naturaleza.
Pero a medida que los caudales de desecho generados por los humanos continúan evolucionando en diversidad y volumen, la comunidad mundial enfrenta el creciente desafío de desarrollar un reciclado viable y soluciones de gestión de desechos a un ritmo comparable.
Por ejemplo, la basura electrónica es actualmente el caudal de desechos sólidos con mayor rapidez de crecimiento, aumentando dos a tres veces más rápido que otros caudales de desecho. En términos generales, las actividades industriales actualmente generan casi 7,6 mil millones de toneladas de desperdicios sólidos cada año en los Estados Unidos, lo que representa el 3000 % del desecho municipal total generado por los estadounidenses anualmente. A medida que el mundo ingresa en la Cuarta Revolución Industrial, las consecuencias ecológicas de no priorizar la gestión sostenible de recursos son graves.
La economía, no la ciencia avanzada, es la que determina la reciclabilidad: un material se recicla solo si una persona puede hacer dinero al recolectarlo, clasificarlo y reciclarlo. Los costos ambientales y en materia de salud relacionados con la basura no se incluyen actualmente en las ecuaciones. Estos costos se consideran factores externos: la sociedad en conjunto, en lugar del fabricante, mayorista o consumidor, absorbe dichos costos a largo plazo.
Debido a que los costos del no reciclado se excluyen de la ecuación de valor, los métodos de desecho lineal, como vertederos e incineración, son las principales opciones de gestión de desechos para la mayoría de los caudales de residuos posconsumo. Estas soluciones lineales han logrado atormentarnos: las islas de plástico en el Pacífico han comenzado a desintegrarse, los peces se alimentan de micropartículas y los humanos comen ese pescado. Solo al igualar a la naturaleza e implementar la economía circular los humanos pueden detener y, con el tiempo, revertir este círculo vicioso.
Es poco probable que los fabricantes, minoristas y consumidores acepten la responsabilidad de forma voluntaria de la vida útil final de sus desechos a menos que estén obligados a encargarse del costo de las soluciones para los productos y el empaquetado que producen, venden o consumen. Con diferentes niveles de éxito, los gobiernos del mundo están implementando programas de responsabilidad del productor; la mayoría de estos, incluido el conocido programa Green Dot en Alemania, financian la recolección del empaquetado, donde la mayor parte del desecho se incinera (no mucho mejor que los vertederos desde una perspectiva ambiental). El reciclado es la opción más costosa, pero como la gran ecocapitalista Anita Roddick, fundadora de The Body Shop, publicó en un lateral de los camiones de su empresa: “Si cree que la educación es costosa, pruebe con la ignorancia”.
Con limitaciones evidentes acerca de lo que los gobiernos pueden hacer o harán razonablemente, el ímpetu recae en el sector privado. ¿Cómo podemos encontrar formas de brindar incentivos para cubrir los costos de la recolección y el reciclado?
Durante la última década, mi empresa TerraCycle ha desarrollado tecnologías para aplicar a caudales de desechos de posconsumo difíciles de reciclar que por lo general culminan en la basura. Algunos ejemplos son las colillas de cigarrillos, lapiceras, filtros de agua, cepillos de dientes usados y tubos para cepillos de dientes, residuos de envases, contenedores adhesivos industriales e incluso pañales sucios, que se han procesado en materiales que se utilizan para fabricar nuevos productos.
Nuestro equipo de investigación y desarrollo es extremadamente innovador, pero nuestra verdadera innovación es encontrar motivos para que las marcas y los fabricantes puedan justificar el pago del reciclado cuando no deben hacerlo. Hemos descubierto que el reciclado se ha vuelto una prioridad suficiente para los consumidores, que patrocinan marcas que permiten la reciclabilidad de sus productos y envases. Hemos creado modelos empresariales que permiten que las marcas vean que el gasto gradual al reciclar producirá un retorno sobre la inversión progresivo. Como resultado, muchos caudales de desecho que anteriormente no eran reciclables ahora se reciclan.
Para lograr un alcance y generar eficiencias, recientemente nos hemos asociado con SUEZ, una de las empresas de gestión de desechos más grande del mundo. A través del acuerdo, SUEZ puede llevar los programas destinados a los clientes de TerraCycle a sus clientes en Francia, el Reino Unido, Bélgica, Finlandia, los Países Bajos y Suecia; además, obtenemos acceso a tal vez la fuerza de ventas más grande del mundo dedicada a la economía circular.
La reciclabilidad se encuentra entre los principales motores de compras para una variedad de productos de consumo, y consumidores de todo el mundo hoy han demostrado buena voluntad para pagar un sobreprecio por servicios y productos sustentables. Hemos demostrado que el reciclado patrocinado puede ser un camino para migrar a los productos posconsumo y el empaquetado de una empresa de la economía lineal a la economía circular.
Aunque estoy orgulloso de nuestros logros, sigue habiendo una gran disparidad de valores y acción, o “brecha ecológica”, donde los cambios en las actitudes de los consumidores aún no se traducen en cambios en la acción. Las tasas de reciclado se han estancado en la última década en relación con el volumen de desecho producido a nivel mundial, y mientras varios países del mundo en desarrollo trabajan sin un sistema de reciclado formal, Estados Unidos aun solo recicla cerca del 34 % de su basura.
Reciclar casi todo lo que se usa ya es posible. El poder de compra de los consumidores, con los compromisos sociales y políticos correctos, puede impulsar la demanda para obtener soluciones de reciclado integrales en múltiples niveles. La escala del problema mundial de los desechos exige que todos en el ciclo de consumo trabajen en conjunto hacia soluciones circulares y regenerativas que reduzcan la brecha a basura cero.

¿Son estas las innovaciones que nos salvarán del cambio climático?

Ha sido un año importante —algunos dirían que aterrador— para los datos del clima. Las altas temperaturas han llevado al planeta Tierra al período más caluroso registrado en la historia; agosto de 2016 fue el agosto más caluroso que se haya registrado junto con julio de 2016, registrado como el mes más caluroso desde que se comenzó a llevar el registro 136 años atrás.
Ahora estamos atravesando una nueva "realidad en el cambio climático", con niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que han superado el umbral simbólico de 400 partes por millón en promedio durante todo el 2015. Los científicos advierten que es poco probable que las concentraciones de CO2 desciendan por debajo de esta marca durante las próximas generaciones.
 
 
En otra parte, el Ártico sufrió su invierno más cálido en los registros y las capas de hielo de la región están desapareciendo más rápido de lo previsto, con repercusiones que van más allá de los daños al medioambiente, como los crecientes niveles del mar. Según la opinión de dos expertos en el Ártico en este informe reciente: "Vivimos en un mundo conectado, y lo que sucede en el Ártico no se queda en el Ártico." Las sociedades y las economías también están en peligro, sostienen.
 
 
A nuestros océanos no les está yendo mucho mejor. Un informe reciente descubrió que, según las tendencias actuales, podría haber más plástico que peces en nuestros océanos para el 2050, la Gran Barrera de Coral permanece en terapia intensiva y, de acuerdo con un informe de la WWF, la cantidad de peces, aves marinas, ballenas y otras especies marinas se ha reducido en un 50 % en solo 40 años.
 
 
Además, la contaminación del aire, está matando 18.000 personas todos los días. La OMS atribuye 6,5 millones de muertes al año a la contaminación, más que la cantidad de personas que mueren por el VIH/SIDA, la tuberculosis y los accidentes de tránsito juntos. De hecho, actualmente es la cuarta amenaza más importante a la vida humana (después de la hipertensión, la mala alimentación y el cigarrillo).
Por donde se mire, el mensaje es claro: debemos actuar ahora para evitar un desastre ambiental.
El histórico Acuerdo de París del año pasado y la adopción de Objetivos de Desarrollo Sostenibles demostraron que la voluntad política está ahí para hacerle frente a uno de los desafíos globales más urgentes de nuestro tiempo.
Pero se necesitará más que la sola acción gubernamental para ayudar a los países a cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y revertir algunos de los peores efectos del cambio climático. Ideas radicales, innovaciones revolucionarias y nuevos (y más ecológicos) modelos de negocios serán necesarios si queremos limpiar nuestro aire, repoblar nuestros océanos y detener el avance del calentamiento global.
Esta serie de artículos expone algunas de las grandes ideas que van a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático. Desde convertir las emisiones de carbono en plástico y reciclar todo lo que usamos, hasta un desarrollo urbano respetuoso con el clima y la búsqueda de un reemplazo para la carne roja, ¿son estas las soluciones que podrían salvar nuestro planeta de una catástrofe climática?
Hacer plástico con aire
Hace décadas que sabemos que el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero daña el medioambiente y causa el calentamiento global. Y durante los últimos 13 años, Mark Herrema, cofundador y director ejecutivo de Newlight Technologies, ha estado buscando una solución.
En la actualidad, su empresa captura estas emisiones, para combinarlas con aire y convertirlas en un material similar al plástico denominado AirCarbon.
"Sin petróleo. Sin combustibles fósiles", escribe en este artículo. "Solo aire y emisiones de carbono capturadas que, de otra forma, se convertirían en parte del aire, combinados.
"El AirCarbon es un material especial. Se produce en la mayoría de los organismos vivos conocidos, desde humanos a tigres o árboles; una antigua molécula evolutiva que se utiliza para almacenar carbono. Es biodegradable y tan fuerte como el plástico, y puede derretirse y modelarse".
Concreto autorreparable y papel electrónico
Convertir la contaminación en plástico no es la única innovación que puede cambiar la manera en la que consumimos los productos habituales. Gill Cassar, jefa de Programas sobre el Medioambiente y la Sostenibilidad en el Foro Económico Mundial, examina cinco productos cotidianos que pronto podrían ser fabricados con cosas extraordinarias.
"Miremos a nuestro alrededor. Muchos de los productos que vemos fueron hechos mediante procesos industriales que tienen al menos un siglo de antigüedad. Eso tiene que cambiar," escribe.
"Desde el plástico hasta el cemento, esta transición reduce la huella ambiental de las industrias y, con frecuencia, también mejora la utilidad del producto terminado".
Reciclar todo
Estamos muy acostumbrados a separar nuestros productos de papel, plástico y aluminio del resto de nuestra basura para que pueda reciclarse. Pero en una era en la que todo lo que producimos puede reciclarse, ¿por qué no lo estamos haciendo?
Tom Szaky, director ejecutivo de TerraCycle, una empresa que se especializa en reciclar desechos difíciles de reciclar (como colillas de cigarrillos, bolígrafos, filtros de agua, cepillos de dientes usados y hasta pañales sucios), aborda esta cuestión en su artículo para nuestra serie.
 
 
Szaky sostiene que si bien el reciclaje está capacitando a los consumidores, los índices de reciclaje se han estancado durante la última década y no se hace lo suficiente para acortar la "brecha verde" entre los valores y la acción.
"La economía, y no la ciencia avanzada, es la que determina la reciclabilidad: un material es reciclado solo si se puede hacer dinero al recolectarlo, separarlo y reciclarlo," dice.
Con 7,6 mil millones de toneladas de desechos sólidos generados cada año solo en los EE. UU., las consecuencias de no cerrar esta brecha son terribles, para todos nosotros.
Adaptarse o morir
Nuestras ciudades solo cubren el 2,6 % de la superficie mundial, pero para el 2050 alrededor del 75 % de nosotros viviremos en alguna de ellas. Esto coloca a nuestras áreas urbanas directamente en las primeras líneas del cambio climático, y los planificadores urbanos y los funcionarios electos tienen una gran parte de la responsabilidad.
"La concentración masiva de personas en las ciudades en las próximas décadas, especialmente en África y Asia, casi con seguridad empeorará la congestión del tráfico, agravará la calidad del aire y aumentará la cantidad de desechos," escribe Robert Muggah, Director de Investigaciones en el Instituto Igarapé.
 
 
Sin embargo, si bien las ciudades son una parte innegable del problema, también cumplirán un papel fundamental en cualquier solución para prevenir el cambio climático y mitigar sus efectos. Afortunadamente, los líderes más informados en algunas ciudades del mundo ya están tomando medidas y cambiando las cosas, al aliviar la congestión y reducir las emisiones, mientras que también apuntan a atraer trabajadores altamente capacitados y a hacer crecer sus economías. Tengamos la esperanza de que el resto del mundo les preste atención.
Lo que el pasado nos dice sobre nuestro futuro
¿Qué podemos aprender de la guerra de China contra la contaminación? Bastante, en realidad, dice Changhua Wu, director de TIR Consulting en China y Asia. Se ha progresado: las concentraciones de la contaminación atmosférica han estado disminuyendo y China lleva la iniciativa mundial en gastos para energías renovables, pero con una mirada al cielo en un típico día en Pekín, nos daremos cuenta de que todavía queda mucho por hacer.
"No ha sido un viaje fácil", escribe. "El éxito requiere voluntad política al más alto nivel para hacer frente a la falta de armonía entre el hombre y la naturaleza, lo que representa una restricción importante al crecimiento económico."

Autoresponsabilidad social

Ya sabemos que la Responsabilidad Social Corporativa es el compromiso creado por  las instituciones con la sociedad y el medio ambiente. Dicho así, parece que el compromiso social es sólo cosa de las empresas, pero no. Es en estas fechas cuando todos nos volvemos más sensibles con la sociedad: hacemos donativos a asociaciones, los niños regalan sus juguetes usados a los niños menos favorecidos, colaboramos en diversas campañas de recogida de alimentos, etc. Es algo que forma parte del concepto de Navidad que nos ha inculcado la sociedad.