LAS COLILLAS DE CIGARRILLOS, LA PRIMERA FUENTE DE BASURA OCEÁNICA
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Entendemos que uno de los placeres del verano, para todos aquellos que fuman, es encenderse un cigarro y tomar una bebida refrescante al sol y junto al mar, pero, pensad en algo, cuando terminéis de disfrutar de vuestro momento no creáis que la colilla enterrada bajo la arena se desintegra o desaparece en un universo paralelo subterráneo, tengamos un poco de conciencia y de respeto por el planeta.
Que con nuestro consumo desmesurado, nuestros malos hábitos y nuestra poca conciencia medioambiental nos estamos cargando el planeta, no es ninguna novedad, es algo que se ve reflejado cada año en cambios climáticos, cementerios de plástico y basura oceánica con el tamaño de países.
Aunque la información sobre los daños y las enfermedades que produce el tabaquismo ha hecho que, en los últimos años, el consumo de cigarros se haya reducido de manera considerable, Business Insider informa de que las colillas son la primera fuente de contaminación oceánica por delante de los productos de plástico.
Es difícil reciclar los filtros y, la disminución de ceniceros en espacios públicos causa que muchos fumadores opten por tirar las colillas al suelo de sus ciudades, a la arena de sus playas o en sus bosques con el peligro medioambiental que ésto supone.
El filtro de un cigarro lleva acetato de celulosa que es un material no biodegradable, por lo tanto, en lugar de descomponerse con el tiempo, los residuos se vierten en arroyos, ríos y, cuando se desechan en las playas, directamente en el mar.
Según cálculos de The Ocean Conservancy, 60 millones de colillas de cigarrillos se han recogido desde la década de los 80 y, a pesar de que se hace más hincapié en bolsas o pajitas de plástico, una colilla también causa gran daño a la vida marina ya que contiene muchos de los productos de un cigarro, tales como alquitrán, arsénico o plomo.
Se han planeado y organizado algunas iniciativas para limpiar las colillas de cigarrillos pero los verdaderos cambios deben comenzar por los fumadores; en lugar de dejar restos en la acera, los filtros deben almacenarse hasta que haya suficientes para enviar a un centro de reciclaje que maneje materiales difíciles.
TerraCycle incluso, ha diseñado un receptáculo especial de reciclaje destinado a recolectar cenizas y filtros de cigarrillos.
Mientras se hallan soluciones definitivas y funcionales, al menos id a las playas provistos de vuestros ceniceros, y cuando esté viejo, ojo con lo que hacéis con el plástico, no rompaís la cadena.