Un nuevo destino para la basura no biodegradable
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La empresa TerraCycle lleva adelante un original programa de recolección de colillas de cigarrillos, que convierte en objetos útiles, como sillas de jardín, al recuperar el plástico presente en los filtros. Un reuso digno para un elemento altamente contaminante
Las cifras son contundentes. Más aún, demoledoras. Datos de organizaciones no gubernamentales (ONG) indican que en el mundo se consumen 250.000 millones de atados de cigarrillos al año y se desechan sin conciencia 50.000 millones de colillas. Una colilla típica puede tardar entre uno y cinco años en degradarse y contamina hasta 50 litros de agua. Al mismo tiempo, se considera que más de 50% de los incendios forestales del mundo son causados por colillas encendidas.
Con la entrada en vigor de las leyes antitabáquicas en numerosos países, ahora es mucho más habitual que se fume en espacios abiertos, al no estar permitido en oficinas y determinados lugares públicos. En Australia, por ejemplo, se calcula que el 50% de los cigarrillos consumidos se fuma en el exterior, y de éstos el 59% se tira al suelo en vez de depositarse en un cenicero o una papelera. Este residuo ensucia las calles, pero lo más grave es que, generalmente, la lluvia lo arrastra hasta cursos fluviales y llega a las costas y campos. A pesar de su apariencia, los filtros no son biodegradables: al estar fabricados con acetato de celulosa, tardan, como se dijo, bastante tiempo en degradarse. Algunas fuentes aseguran que pueden pasar hasta incluso diez años para que se descompongan.
Sin embargo, el tiempo que perduran estos residuos no es el problema más acuciante. La mayor gravedad reside en la toxicidad que acumula el filtro de las colillas, diseñado para acumular los componentes del tabaco, incluidos los químicos más nocivos, que son liberados en contacto con el agua. Por lo tanto, cuando llegan a los ríos o incluso al mar, expelen estas sustancias, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Longwood, Estados Unidos, sobre el efecto de los elementos liberados de colillas sobre la pulga de agua –crustáceo base de la cadena alimenticia en ecosistemas de agua dulce–, para concentraciones de menos de 0,125 colillas por litro, las pulgas de agua mueren en menos de 48 horas. En efecto, el cigarrillo contiene alrededor de 4.000 sustancias tóxicas de las cuales 40 son potencialmente causantes de cáncer y otras se utilizan en la industria de los venenos para ratas y cucarachas. No es un dato menor.
No menos preocupante es el hecho de que las colillas pueden ser ingeridas accidentalmente por niños pequeños. Y además han sido encontradas en los estómagos de aves, tortugas y otras especies marinas.
Principio de solución
Evidentemente, puede pasar mucho tiempo antes de que el tabaquismo sea completamente erradicado, si es que alguna vez se logrará un objetivo tan ambicioso para mejorar la salud humana.
Pero en tanto, por fortuna comienzan a surgir soluciones para al menos paliar los deletéreos efectos de las colillas desechadas desaprensivamente en el ambiente. TerraCycle, la empresa que recolecta y recicla más de 60 tipos de desechos difíciles de reciclar en todo el mundo, sumó un nuevo desafío: las colillas de cigarrillos, precisamente. Con operaciones en 22 países, incluyendo la Argentina, TerraCycle planea continuar su expansión en tal sentido.
Tom Szaky es el joven CEO y fundador de la empresa ambiental y social TerraCycle. Desde allí, ideó y lanzó el primer programa de recolección y reciclado de colillas de cigarrillo exportado al mundo. Lanzado en Canadá en mayo, ampliado luego a los Estados Unidos y a España, el programa de TerraCycle asegura la recolección de colillas a través de voluntarios y su transformación en plástico, utilizado luego para nuevos productos, entre ellos, ceniceros. Se espera extenderlo pronto a la Argentina.
La recolección de las colillas de cigarrillo se realiza gracias personas, empresas y asociaciones de defensa del ambiente que las acumulan y las envían a la sede nacional de TerraCycle, que paga el costo del envío desde cualquier parte del país. Los voluntarios, además, reciben puntos que pueden utilizar para financiar proyectos de organizaciones sociales o escuelas.
Las cenizas de las colillas recolectadas son luego esterilizadas y disecadas, con lo cual el papel y el tabaco se mezclan, y el acetato de celulosa utilizado en el filtro –un material plástico– se funde y reutiliza para fabricar todo tipo de nuevos productos que son comercializados. De acuerdo con los cálculos de la empresa, para fabricar un cenicero hacen falta entre 1.000 y 2.000 colillas y más de 200.000 para una silla de plástico de jardín.
El programa, comentó Szaky, es pagado por la industria tabacalera, feliz de poder mostrar una buena acción ante la opinión pública.
“Cuando fuimos a ver a la industria tabacalera y les mostramos el plástico que hacemos a partir de sus colillas, no lo podían creer. Se comprometieron no sólo a pagar el programa sino también a promoverlo”, recordó.
“Los cigarrillos constituyen la principal fuente de desechos en el mundo, el 37% de todo lo que la gente tira”, subrayó Szaky. Y como este joven empresario adora los desafíos, encontrar una solución para reciclarlos era uno de sus tres objetivos para el 2012, junto con las gomas de mascar y los pañales usados.
Otros elementos
El reciclado de colillas no es la primera operación lanzada por TerraCycle, una empresa que desde hace diez años se especializa en la recolección y el reciclado de desechos difíciles de reciclar, con al menos unos 60 residuos diferentes recolectados en 22 países del mundo. Entre éstos se encuentran sobres de bebidas en polvo, empaques de golosinas, bolígrafos, cápsulas de café, envoltorios de galletitas y cepillos de dientes. El primer programa de recolección de gomas de mascar será lanzado en Brasil y el de pañales usados, en los Estados Unidos. En la Argentina ya funciona el reciclado de sobres de bebidas en polvo.
Al igual que con el tabaco, empresas vinculadas con ciertos desechos financian el reciclado: en cuatro países PepsiCo se asoció con TerraCycle para reciclar las bolsitas de snacks y en otros cuatro países los hizo Colgate, para los cepillos de dientes.
Szaky, cuya empresa emplea a un centenar de personas en el mundo, espera llegar en el 2013 a nuevos países de Europa Oriental y América latina, como por ejemplo Colombia. En la región, TerraCycle ya tiene operaciones en la Argentina, Brasil y México.
La empresa
La misión de TerraCycle es eliminar la idea de la basura. Su finalidad es crear sistemas nacionales de reciclado para los materiales que hasta ahora no eran reciclables, creando sistemas de recolección y dando soluciones para cualquier tipo de basura.
Fundada en el 2001 por Szaky, a la sazón un alumno universitario del primer año de la Universidad de Princeton, TerraCycle empezó como una compañía de fertilizante orgánico y ha llegado a ser una de las más fuertes en productos ecológicos en el mundo. Szaky tuvo el sueño de encontrar una nueva forma de hacer negocios más responsables, que beneficiarían al planeta, a la gente y al negocio.
El proceso comienza con la implementación de la oferta gratuita de programas de recolección de basura para luego convertir los desechos recolectados en nuevos productos económicos y ecológicos. Ya son más de 15 millones de personas recolectando basura en 11 países. Desde la creación de TerraCycle se ha impedido que mil millones de unidades de basura llegaran a los basurales.
“Quiero arreglar todos los problemas de desechos que existen, empezando por los productos que se piensa que no pueden ser reciclados”, concluyó Szaky, con entusiasmo contagioso.
Más información: www.terracycle.com.ar
Humo letal
Los cigarrillos constituyen el 37% de toda la basura.
El cigarrillo contiene cerca de 4.000 sustancias tóxicas.
De ellas, 40 son posibles causantes de cáncer.
Una colilla puede tardar hasta diez años en degradarse.
Cada una puede contaminar hasta 50 litros de agua.