¿Producto Verde o Consumidor Verde?
tang Sabritas Gamesa Colgate Include Mexico @BimboMX
Durante este 2012 ¿puedes recordar cuantos mensajes “verdes” has recibido diariamente?
Actualmente existe un boom por los productos y servicios “verdes”. Existen centenares de estrategias que seguro alcanzan alguno de tus sentidos cada día. Todo esto es detonado por el #verdeelectrico que comentábamos en la pasada edición.
En realidad te sorprenderías si te dijera que estos llamados productos verdes actualmente presentan un decremento de manera generalizada en sus ventas. Esto lo digo, englobando aquellos que no poseen el fundamento necesario para apelar al verdadero sentido ecológico del ciudadano del mundo actual.
Cuando más lo analizas, te das cuenta que el calentamiento global y otros grandes fatalismos mediáticos en realidad lo que buscan es solo eso, fatalismo. El consumidor actual busca soluciones fáciles y sobre todo accesibles y compatibles con su vida diaria para sumarse al esfuerzo comunitario por un mejor planeta. Piensa por ejemplo en tu edificio de departamentos o en las oficinas donde trabajas. Actualmente, ¿separan la basura? Están haciendo algo por la educación ambiental de sus inquilinos o colaboradores (Respectivamente).
El mercado es el depurador perfecto de productos, servicios y novedades. Gracias al consumo responsable, los sistemas de producción y distribución hoy enfrentan una tarea adicional; demostrar que como ciudadanos del mundo, ellos también contribuyen y aportan a la naturaleza. Lo anterior lo notas en las botellas de agua hechas con plástico reciclado, en los servicios de recolección de empaques vacíos, en los esfuerzos de ahorro en combustible de la industria automotriz o la generación de energía “limpia” por parte de gobierno e iniciativa privada.
Arriba hablamos de la primera mitad del pastel (el producto verde). Ahora hablemos de cada uno de nosotros: el consumidor verde.
En la industria en la que trabajo (Reciclaje), se utiliza mucho el término huella de carbono. Este término lo utilizan de manera científica y en veces no tanto, para representar a manera estimativa, el equivalente en emisiones de contaminación de alguna actividad, producto, o incluso, persona. Veámoslo como la manera en la que podemos ir midiendo cuánto impactamos de manera individual y directa a nuestro planeta.
Vayamos más a fondo. Por ejemplo, un mexicano promedio emite entre 5 y 6 toneladas anuales de CO2. Sin entrar en tecnicismos, veamos esto como el resultado de sumar los 365 días (y 366 en bisiesto) de nuestra rutina diaria. Hagamos juntos el ejercicio de repasar nuestra rutina de cada 24 horas de nuestra vida. Habitualmente, las primeras horas del día te las pasas descansando, pero aun aquí estamos generando CO2 con nuestra respiración, al utilizar aparatos electrónicos como despertadores, refrigeradores y demás. Posteriormente te arreglas y mediante combustión directa o resistencias, generas un poco más de contaminación al utilizar tu boiler. Al transportarte a tus actividades diarias probablemente utilizas un medio de transporte, el cual genera emisión contaminante. En el transcurso del día ingeriste alimentos preparados o comprados, analizando cada uno de estos desde su proceso productivo hasta que llega a tus manos, somos responsables de una parte de la contaminación generada.
El párrafo anterior en ningún momento pretende generar aquellos fatalismos de los que hablamos al inicio. Simplemente busco que generemos una conciencia individual de la manera en la que estamos utilizando recursos y de nuestra responsabilidad sobre la propia “huella de carbono” solo como una de las maneras de medir el impacto de dichos recursos.
Ya sea por la “huella” o por cualquier otro método desde muy científico hasta muy simple, el consumidor actual esta siendo ahora el juez de su propio mercado. Ahora es cuando entonces hacen sentido las famosas 3 Rs (Reusa, Reduce, Recicla). De esta manera, es que cada uno de nosotros hacemos más verde nuestro día.
En esta oportunidad, quiero aprovechar para invitarlos a conocer un poco más acerca de los esfuerzos privados y gubernamentales por generar más consumo verde y menos producto verde. Con mucho gusto les comparto que en cualquiera de sus estados, ya existen excelentes programas que nos ayudan a por ejemplo, darle un mejor destino a los residuos. Busca también iniciativas, eventos, congresos o sitios verdes, donde seguramente encontrarás más voces hablando este mismo idioma, el de la responsabilidad individualmente verde.