Con la nariz pintada como ratoncita, un colorido payaso, una amable conejita y una cantante de reggae, los alumnos del Plantel 5 organizaron concursos entre los pequeños, y luego de colorear y reír un rato, los acompañaron a comer el pequeño refrigerio que les llevaron.
Miriam Dávalos, orientadora del Plantel, explicó que estas actividades tienen un doble propósito. Por un lado ayudan anímicamente a los niños enfermos, pero también tienen un impacto en la vida de los estudiantes del Colegio de Bachilleres, quienes pueden apreciar el valor de la salud y la vida misma. |