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ELIMINATING THE IDEA OF WASTE®

Convertir la basura del océano en nuevos productos es tendencia

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Los llamados “plásticos de los océanos” son un problema global, pero muchas compañías a lo largo de la cadena de suministro invierten tiempo, dinero y recursos de investigación y desarrollo para hacer del acopio y la conversión del material un negocio sustentable. Estas son algunas iniciativas. 12/09/2018 HEATHER CALIENDO La contaminación de plástico en el océano es una crisis internacional. La Fundación Ellen MacArthur (EMF) estima que más de 8 millones de toneladas de plástico llegan al océano cada año. Según las previsiones actuales, para 2050 podría haber más plásticos que peces (por peso) en el océano. Si hay algo en que estemos todos de acuerdo es que nadie quiere plásticos en el océano. El mundo entero está atento a este tema y todos tenemos que desempeñar un papel. Según Steve Russell, vicepresidente de la división de plásticos de la American Chemistry Council (ACC), para solucionar la contaminación de plásticos necesitamos resolver el problema de manera correcta. La mayoría de los plásticos que están actualmente en el océano provienen de vertederos municipales gestionados de manera deficiente, cerca del 50% provienen, a su vez, de economías en desarrollo que no tienen sistemas locales para recoger y manejar los residuos. Existen muchas compañías que se asocian con gobiernos y organizaciones sin ánimo de lucro para evitar que los residuos lleguen al océano. Una gran iniciativa que busca hacer frente a los desechos plásticos específicamente del sudeste asiático es Closed Loop Ocean, de la que ACC es socia. Closed Loop Ocean, una iniciativa de Closed Loop Partners, N.Y.C., en colaboración con Ocean Conservancy, está enfocada en crear soluciones de infraestructura de residuos en el sudeste asiático, centrándose en inversiones para mejorar los mercados de recolección, separación y reciclaje, particularmente a lo largo de la cadena de valor de los plásticos. En la conferencia Our Ocean 2017, Ocean Conservancy y sus asociados, incluidos Trash Free Seas Alliance, Closed Loop Partners, ACC, PepsiCo, 3M, Procter & Gamble, y el World Plastics Council, anunciaron una iniciativa para reunir más de US$150 millones para un nuevo mecanismo de financiación para evitar la fuga de residuos plásticos hacia el océano. “Vivimos una época interesante en esta área. Ya que hay mucho interés y motivación para hacer cosas”, afirma Rusell. “La gente quiere enfrentar esta necesidad urgentemente”. Y hay mucho movimiento, se hacen esfuerzos para dar valor a los residuos plásticos. Puede que hayan escuchado los términos “ocean-bound plastic” o “recycled beach plastic,” que son términos generales para describir los procesos para fabricar nuevos productos de los plásticos recogidos antes de que lleguen al océano. No es solo una iniciativa para sentirse bien, aunque es un componente, o una cuestión de avances tecnológicos impresionantes, que sin duda se han logrado; estas compañías están asumiendo una oportunidad de negocio en el campo de la sustentabilidad. El concepto demuestra las necesidades de demanda que se derivan de esto para convertirse en un negocio sustentable. RECOGER EL PLÁSTICO QUE VA AL OCÉANO En 2011, Method, fabricante de productos de limpieza, con sede en San Francisco, se asoció con Envision Plastics, empresa de reciclaje de HDPE, de Atlanta, para producir botellas prototipo a partir de un material plástico innovador, un PCR (reciclado post consumo del océano). Un año después, Method lanzó sus botellas de jabón líquido hechas con HDPE 100% postconsumo. 10% del material se recogió en las playas de Hawai. El envase atrajo la atención de todo el mundo. Sandra Lewis, directora de desarrollo de negocios en Envision Plastics, dijo que la compañía recibió toda clase solicitudes de personas que querían producir su producto con plástico del océano. “Es triste que todo el mundo esté tan entusiasmado y quiera participar y yo tenga que decirles no una y otra vez”, dice. Pero, aunque el envase Method era una prueba de concepto de que el material de las playas podía ser reutilizado en forma de envase, trae consigo una multitud de obstáculos. El proceso de Method se limitaba a los temas de recolección, procesamiento y degradación de los plásticos que se recogían en las playas. Además, debido a los diferentes tipos de plástico que se mezclan, el plástico del océano es una resina gris, lo que puede ser un limitante en el mercado del empaque que busca muchas veces variedad de colores. Parecía que podría ser un proyecto único para Envision. Pero luego Envision consideró un estudio de la Universidad de Georgia que investigó cuánto desperdicio de plástico mal manejado está llegando desde el continente hasta el océano. El estudio encontró que entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas métricas de plástico llegaron al océano en 2010 de personas que viven a aproximadamente a 48 km de la costa. Además, se descubrió que los desechos mal gestionados y la disposición de residuos sólidos eran los principales contribuyentes. Por ejemplo, países en desarrollo como Haití no cuentan con una gestión de residuos. Por lo tanto, cualquier plástico desechado a 48 km más o menos de la costa probablemente terminará en el océano. De repente, Envision tuvo una gran idea. Lewis afirma: “Si podemos entrar en las comunidades e interceptar el plástico antes de que llegue a la playa o las costas, podemos superar todos los obstáculos que nos impedían ayudar a las personas que querían utilizar el plástico del océano. Recuperarlo antes significa que no tendremos problemas de calidad”. Envision eligió ir directamente a las zonas de riesgo para recuperar los plásticos antes de que lleguen al océano. Las áreas en riesgo se definen como lugares donde no existe un sistema formal de manejo de desechos para una población que vive a unos 48 kilómetros de la costa. La clave es interceptar el plástico antes de que llegue a la playa o entre en un canal. La compañía se asoció con quienes trabajan en el terreno para recolectar envases de HDPE en las comunidades en riesgo. Envision creó y patentó una tarjeta de puntuación para calificar a los socios sobre el terreno. Por ejemplo, los socios deben cumplir con estándares medioambientales, de seguridad, sociales y de derechos humanos. Envision va al terreno para asegurarse de que sepan cómo clasificar correctamente el plástico y cargarlo en contenedores. Haití es uno de los países con los que Envision está trabajando y allí hay alrededor de 9,000 recolectores registrados a quienes se les paga para acopiar HDPE. Esto demuestra que la iniciativa de plástico en el océano no solo beneficia al océano, dice Lewis. Envision también tiene un auditor externo que va a todos los países para verificar que los recolectores cumplan con sus estándares. Leer más: https://www.pt-mexico.com/columnas/convertir-la-basura-del-oceano-en-nuevos-productos-es-tendencia